En estos días verano a veces tan sofocantes uno de los mayores placeres que podemos tener es dar un paseo por uno de nuestros maravillosos bosques. La frondosidad que tienen en esta época los hayedos hacen que aparezcan esas zonas umbrías bajo las cuales susurran los arroyos helados.
He intentado recrear un bosque de hayas en bonsái y os muestro algunas fotos de detalles. Le quedan muchos años de evolución pero pueden verse rincones interesantes.
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