Cuando empezó la era industrial apareció un nuevo modelo de jardín, uno que respondía a la necesidad higiénica de dar espacios de esparcimiento a una clase obrera que vivía hacinada en barrios atestados e insalubres. No se proyectaron en atención a dar respuestas a unos derechos humanos sino para preservar en mejores condiciones a una masa trabajadora que había de cumplir con unos objetivos claramente económicos.
Han pasado ya muchos años y en la sociedad han ido consolidándose los derechos de las personas aunque con desigual fortuna a la hora de respetarse. Se aboga por los derechos humanos pero aun así hay sectores y colectivos que por sus especiales características necesitan una atención especial, entre estos sectores de población se hallan los niños. Naciones Unidas aprobó una Declaración de los derechos del Niño en 1989.
Uno de los derechos del niño es que el de poder jugar porque con ello se ayuda a su desarrollo y a su formación como persona. En el tercer mundo la pobreza, las enfermedades, el trabajo infantil, su utilización como soldados en la guerra impiden que el niño crezca y se desarrolle en plenitud. En las sociedades occidentales son otros temas los que impiden a los niños el poder realizar libremente esas necesidades de juego. Un nivel de vida que lleva a la plena escolarización, el trabajo de ambos padres y unas viviendas que en el caso de las ciudades que no disponen de espacios libres llevan a la necesidad de lugares ciudadanos dedicados especialmente a los juegos infantiles
Los ayuntamientos han ido dedicando pequeños espacios ajardinados por barrios cuya finalidad es la de satisfacer esta necesidad infantil. También los grandes parques urbanos disponen de espacios de juego reservados especialmente a la infancia. Utilidad, creatividad e innovación se unen a la hora de diseñar estos lugares pero algunas veces, después del diseño y la inauguración, la Administración olvida su mantenimiento. Unos equipamientos rotos, despintados o sucios en un entorno descuidado y falto de higiene no solo no cumple el fin para el cual fueron diseñados sino que representan un peligro para la salud de niños y niñas.
Save the Children ha iniciado una campaña para denunciar el mal estado de estos parques infantiles. A través de la página web Queremos jugar recoge las denuncias de la ciudadanía sobre espacios públicos infantiles en mal estado con la voluntad de presentarlas a las distintas administraciones competentes para exigir su arreglo así como sensibilizar a la sociedad del derecho del niño al juego y la salud.
Utilicemos nuestra capacidad de crítica constructiva y participemos en esta campaña a favor de mejores equipamientos infantiles en nuestros parques
Más información:
Declaración de los Derechos del Niño
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